Esta torta es deliciosa, no lleva horno y vale la pena hacerla. Rinde 16 porciones, aunque pequeñas, satisfacen mucho. Y un delicioso café es la bebida ideal para degustarla.
Ingredientes:
a) la base: 100 g de manteca derretida y 250 g de galletitas de chocolate
b) cheescake negra: 200 g de queso blanco, 100 g de azúcar, 100 g de yoghurt de vainilla, 150 g de chocolate amargo derretido, 1 sobre de gelatina sin sabor, media taza de agua caliente, 200 g de crema de leche.
c) cheescake blanca: 200 g de queso blanco, 100 g de azúcar, 100 g de yoghurt de vainilla, 150 g de chocolate blanco derretido, 1 sobre de gelatina sin sabor, media taza de agua caliente, 200 g de crema de leche.
Preparación:
a) se procesan las galletitas, se mezclan con la manteca derretida y se coloca todo sobre la base de una tortera con paredes desmontables. Se acomoda la preparación (con textura de arena húmeda) presionando con una cucharada y se lleva a la heladera hasta que endurece.
b) para el cheescake de chocolate negro, diluir el sobre de gelatina sin sabor en media taza de agua caliente. Una vez disuelta, incorporarle el azúcar, el yoghurt y mezclar bien. Agregar el queso blanco y mezclar nuevamente. Incorporar el chocolate derretido y mezclar hasta obtener una mezcla uniforme. Batir a punto chantilly la crema y agregar a la mezcla anterior. Una vez obtenida, incorporar de manera uniforme a la tortera desmontable que tiene la mezcla de galletitas ya fría. Llevar a la heladera.
c) Mientras se enfría la preparación anterior, se prepara el cheescake de chocolate blanco con los ingredientes igual que en el paso anterior. Y una vez lista la mezcla, se agrega e la tortera sonre la mezcla anterior. Se golpea suavemente el molde sobre la mesada para quitar el exceso de aire y uniformar la mezcla. Se lleva a la heladera por 4 horas, como mínimo.
Se desmolda con cuidado y ¡a disfrutarla!
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